Esta subida la hemos enmarcado dentro de un itinerario que parte desde Antequera, y llega a Archidona, transcurriendo su recorrido por las Huertas del Rio, pedanía de esta última localidad. Este recorrido es de aproximadamente unos 24 kilómetros incluyendo la subida a la ermita.
La subida en sí, es un tanto especial para muchos, debido a la gran devoción de fieles, que anualmente realizan una peregrinación, en el mes de agosto, y realizan la subida a pie, desde el pueblo de Archidona hasta la ermita. La ermita está construida, sobre los restos de una antigua mezquita, erigida en tiempos califales, en el momento en que Archidona era la capital de la cora de Rayya. Quedan restos de su antiguo recinto amurallado, el cual a través de los años, va siendo restaurado.
Actualmente, el firme de la subida en su parte inicial, es bastante irregular, con tramos descarnados, en los cuales hay que tener bastante cuidado, sobre todo al bajar. En la última parte de la subida, si mejora mucho el piso, que ha sido reasfaltado recientemente.
Encontraremos sombras abundantes sobre la mitad de la ascensión, que nos cubrirán casi totalmente. Al inicio y final de la ascensión no encontraremos sin embargo, sombra alguna. Es interesante, sobre todo en verano, subir con el deposito de agua lleno, ya que en la cima, la fuente pública existente, no funciona.
El recorrido como decimos arranca desde Antequera, saliendo en dirección de la carretera A7282, que nos dirige hacia la Peña de los Enamorados, enorme masa petrea, que se alza en plena vega Antequera, emulando un perfil humano recostado. Ha sido objeto de leyendas a través de la historia, leyendas de amores entre moras y cristianos, en tiempos convulsos y tierras de frontera. Justo al pasar la Peña, existe un yacimiento prehistórico, actualmente no accesible, y que habla de la ancestralidad de las primeras poblaciones de la zona, que buscaron la cercanía al río Guadalhorce, y la protección dada por la orografía.
Tras pasar la Peña, nos encontraremos de pleno con la vega archidonesa, un gran manto de olivos, y de cultivos de cereales, cubren toda la vega, avenada por dicho río Guadalhorce. Al llegar al llamado Puente de Archidona, evitaremos la incorporación existente a la autovía A92 y tomaremos el carril asfaltado que nos encaminará hacia la pedanía de las Huertas del Río, en donde todos los años se celebra la romería de San Isidro. En las fotos se puede apreciar el paisaje de olivares y pequeñas huertas que rodean esta pedanía. Tras pasar el pueblo, encontraremos una pequeña subida de un kilómetro aproximadamente con picos de pendiente de un 8% (según el CM436). Tras superar esta subida, una leve bajada hacia el cruce que nos llevará hasta la entrada a Archidona. Este tramo que hemos de superar, es también una subida casi continua, que alterna tramos del 4, 5 y hasta el 7,5%, con algún descanso. Al llegar a la entrada al pueblo, seguiremos por la ronda de circunvalación del pueblo, también en constante subida, con los mismos porcentajes prácticamente. Al coronar esta ronda, llegaremos a una rotonda/cruce que nos da opción a dirigirnos a Villanueva del Trabuco, a través de la bajada y subida de “Los Molinillos”. Lo dejamos para otro día, y tomamos el cruce hacia la izquierda, adentrándonos directamente en la ascensión dura del día. Nada más arrancar, nos recibe una subida media del 12 % con puntas del 15 y 16% (medidas siempre obtenidas por el computador). Estas pendientes las comprobé con el nivel de burbuja (éste no falla) y son verdaderas. Poco después de dejar atrás un centro de salud, nos adentramos en el pinar, y nos recibirán las primeras curvas de herradura. Hay que tomárselo con calma, ya que aunque la subida es de poco más de kilómetro y medio, se nos puede atragantar (soy testigo de ello en primera persona). En estos tramos y hasta un poco después de la mitad hay que tener mucho ojo con el firme descarnado al trazar las varias curvas de herradura existentes. La combinación 13% de pendiente + firme irregular + coger el manillar con una mano y con la otra hacer las fotos, me ha dado un buen susto.
A mitad de la ascensión dejamos a un lado una pequeña ermita en donde suaviza un poquito la pendiente durante unos metros (un 11% “solamente”), volviendo al 12-13% a continuación. A unos 500 m de la coronación encontraremos otra punta del 18%. Puerto corto, pero muy duro. En los últimos compases de la subida desaparece el arbolado y nos permitirá disfrutar de una vista espectacular. A nuestros pies va apareciendo las cuestas que vamos dejando atrás, la ciudad, y un horizonte con la Peña, y las sierras del Torcal y de las Cabras. Tras la última curva de herradura, pasamos al lado de una torre árabe reconstruida, y vemos a 30 metros por fín, la coronación. No se puede describir la vista de todas las tierras que rodean a la ermita. De oeste a este, la Sierra del Torcal, divisándose perfectamente Antequera, la Sierra de las Cabras, Camarolos, San Jorge, Jobo, ya hasta la sierra de Gibalto, donde finaliza la subida a la Nava de los Alazores. En la lejanía se divisan, las todavía nevadas cumbres, de la Sierra de Tejeda.
Resumen: Subida corta pero durísima, entorno espectacular, empapado de historia y de tradiciones.
