Subida a la Ermita de la Virgen de Araceli, en Lucena.
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Esta subida no puede faltar en el estante de logros globeros. Aunque la ascensión en sí, no resulta demasiado exigente para un cicloturista que esté en forma (como de costumbre no es el caso), sí tiene un cierto atractivo, derivado la masiva afluencia de ciclistas que durante el buen tiempo, acuden a realizar su subida.
Normalmente, los ciclistas a los que conozco, realizan el recorrido desde Antequera, realizando un recorrido, entre la ida y la vuelta de unos ciento y pico kilómetros.
En mi caso, preferí, por pura supervivencia, comenzar el recorrido desde la población de Encinas Reales, a unos 17 Km. de Lucena. Desde esta población, el recorrido se enmarca dentro de un paisaje dominado por un olivar interminable, roto de vez en cuando por pequeños arroyos, vivos aún en primavera, y acompañados por sauces y álamos. La carretera N-331 es nuestra plataforma durante todo el tiempo. La antigua vía, carretera de obligado paso hasta hace relativamente poco tiempo, desde la provincia de Málaga hasta Córdoba, se ha convertido en un verdadero paraíso cicloturista. Todo el tráfico se trasladó a la nueva autovía A-45, siendo la primera utilizada exclusivamente, por los vecinos de las poblaciones anejas, y también como no, por muchos cicloturistas, una vez libres del numeroso tráfico que soportaba.
Con un continuo sube y baja, con porcentajes no muy elevados, nos encontramos a la entrada de Lucena, con una maraña de polígonos industriales, dedicados en su mayoría, a la fabricación de muebles. Al llegar al cruce con una pequeña carretera, recién alquitranada (la CP-019), podemos tomar esta, o bien seguir recto hasta entrar a la propia Lucena, en donde no nos faltarán indicaciones de acceso al Santuario. En nuestro caso tomamos la CP-019, con lo cual acortamos camino, con la penalización de tener que salvar una pequeña subida.
Ya sea por uno u otro lado, llegamos al inicio de la ascensión. Mi impresión es que el inicio de la subida, es lo más duro. El computador llegó a marcar un 10% de desnivel. No existen sombras, que nos puedan aliviar en verano, ni pequeños descansillos que nos puedan recuperar. Solo existe a unos 3 Km. de Lucena un pequeño descanso, con fuente incluida, a la altura de un restaurante, por lo visto parada obligada de ciclistas. Desde la fuente, existe otro pequeño tramo con un repecho considerable, en torno al 10 u 11% de desnivel. Pasado un kilómetro aproximadamente, encontramos un giro a la derecha en la carretera, en donde ya vemos en todo lo alto, la imagen de la Iglesia. Este tramo, sin ser el más duro (5 – 6%), si es el más bello del día, la carretera se convierte en vía de una sola dirección (se baja por otra carretera), y se abalcona en la ladera, dejando unas bellas vistas de la campiña lucentina, acompañados en todo momento por una masa considerable de encinas. En lo que nos queda de subida vamos rodeando el cerro, permitiendo también, hacia el sur, ver en la lejanía la imponente Sierra de Rute. Lástima que la bruma del día no permitiese disfrutar de una panorámica más profunda. Otra vez será. Con un trotar tranquilo, por fin llegamos a la zona de aparcamientos, y a la propia Iglesia, no sin antes salvar una rampa empedrada que según las indicaciones, es de un 20%. Las vistas desde la cima son realmente espectaculares, lástima de bruma.
Como resumen, podría valer, que se trata de una subida, no demasiado exigente, con algún tramo durillo sobre el 10%, asfalto magnífico, vistas estupendas en su cumbre, y sobre todo, que todo buen globero, debe llevarlo “a la saca”.
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